Me avergüenza bastante. Pero debo reconocer que hasta hace un par de años no leía prácticamente nada que no tuviese que ver con el derecho. O sea, con mi profesión de abogado.
Sin que sirva de excusa, y si no tienes la suerte de estar en un entorno en el que te hacen crecer desde bien pequeñito con ese hábito, luego es bastante difícil engancharse si te ponen como lectura obligatoria algunos de los insufribles tochos que tocaban en mi época por ejemplo en literatura catalana cuando hice BUP y COU. Para coger el gusto por la lectura es necesario leer cosas que te gusten o interesen mucho, al menos de inicio.
Otra cosa que me desesperaba, era mi lentitud leyendo. Cuando hacía el intento de leer, me pasaba y pasaba el tiempo y apenas avanzaba hojas, lo cual se me hacía insoportable.
Todo cambió hace un par de años. Hice un curso de lectura rápida On Line con Lectura Ágil (lo cito porque me fue muy bien, no me llevo comisión. Seguro que se puede hacer con otros) muy cómodo, y con muy pocos trucos aumenté sorprendentemente mi velocidad de lectura (sin llegar a los avances que otras personas hacen tras esta misma formación), haciendo cambiar totalmente el panorama. Hoy en día devoro libros. Libros que me interesan. De crecimiento personal, productividad, técnicas de aprovechamiento del tiempo, marketing e incluso he empezado a leer a los clásicos. También me sirve para mi profesión, dado que leo mucho más rápido sentencias judiciales que me interesan y manuales de derecho. Ahora no sólo leo en papel, sino que me he hecho con un libro electrónico y cualquier rato en el metro, bus o tren lo aprovecho. Te puedes descargar multitud de libros en un momento y a precios muy bajos.
Si logras cierta rapidez en tu lectura, con 40 minutos o una hora al día podrás leer una gran cantidad de libros en no mucho tiempo, con el salto de calidad a todos los niveles que ello te supondrá.
En su libro La Semana Laboral De 4 Horas, Tim Ferris da prácticamente las mismas claves que yo aprendí en el curso que hice, y que son las siguientes:
1. Sigue con un palito, un bolígrafo o con el mismo dedo cada línea mientras lees lo más rápido posible. Piensa que sólo con esto ya vas a aumentar tu velocidad de lectura un montón.
Leer es ir tomando con los ojos una serie de instantáneas a saltos, y el uso de una guía visual evita las regresiones.
2. Empieza enfocando en cada línea la tercera palabra empezando por la izquierda, y termínala enfocando la tercera empezando por el final.
Es una forma de utilizar la visión periférica, haciendo posible leer una línea con uno o dos movimientos de ojo. Ve cada vez más hacia el centro desde ambos lados a medida que se haga más fácil.
3. Una vez te sientas cómodo entrando tres o cuatro palabras por ambos lados, intenta enfocar sólo dos veces – o sea, hacer dos fijaciones – por línea en esas dos palabras – ancla.
4. Practica leer demasiado rápido como para comprender pero con buena técnica (las tres técnicas anteriores) cinco páginas, y después pasa a una velocidad cómoda.
Según Ferris, con dos minutos en el primer y tercer punto y tres minutos en el segundo y el cuarto será suficiente. Y si necesitas algo más de práctica, ¿qué importa? Merece la pena.
Es imposible medir lo mucho que he avanzado tanto a nivel personal como profesional desde que la lectura ha pasado a formar parte de mi rutina diaria. La lectura te puede abrir horizontes que jamás hubieses imaginado.
Principalmente te recomiendo leer sobre temas que realmente te interesen, así como libros de tus referentes y los autores que tus referentes citen mucho. A partir de ahí, tira del hilo. Habrá un antes y un después.
Te dejo un video de David Cantone sobre el tema, que te ayudará a dar un gran salto de calidad leyendo, y de paso conocerás a este crack.
Photo Credit: Myriams-Fotos.
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