Un buen objetivo no puede ser ambiguo ni dejar margen a la improvisación. Debe ser lo más claro y conciso posible.
Hay que ser lo más específico posible, con el fin de facilitar tu capacidad de focalizar los pasos que tienes que dar para conseguirlo.
Redacta el objetivo.
Sí. Hay que redactarlo y responder a 6 preguntas:
· (What?) ¿Qué quiero conseguir?
Aquí se trata de detallar todo lo que quieres lograr con ese objetivo.
· (Why?) ¿Por qué es importante?
Conviene especificar la razón, el propósito y el beneficio de lograr el objetivo.
· (Who?) ¿Quién está implicado?
Esto va referido a la persona que se va a encargar de cumplir ese objetivo. Puedes ser tú o alguien en quien delegues su consecución.
· (Where?) ¿Dónde está localizado?
Conviene definir si el lugar es un requisito para alcanzar el objetivo.
· (When?) ¿Cuándo lo quiero?
Hay que establecer un marco de tiempo.
· (Which?) ¿Qué recursos y límites están involucrados?
Cuánto mejor detallemos los obstáculos que nos podemos encontrar por el camino y seamos conocedores de las herramientas disponibles, mejor.
Un ejemplo de especificidad sería, en vez de decir “quiero ponerme en forma”, concretar con “voy a apuntarme a un gimnasio y hacer ejercicio 3 días a la semana”.
O en vez de decir “quiero montar un negocio online”, afirmar que “voy a trabajar 2 horas al día en investigar cómo se monta un negocio digital”.
Fuente del post: Cómo crear objetivos smart.
Imagen: Pixabay.
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