No somos específicos, exactos y accionables. La mayoría estamos en el limbo.
Todos tenemos intención, objetivos, deseos, lo que quieres hacer, piensas que vas a hacer, crees que vas a hacer, sabes que vas a hacer o dices que vas a hacer…. Pero entre todo ello y su materialización media un abismo.
«Voy a hacerlo», «quiero hacerlo», «tengo que hacerlo», «debo hacerlo», «me gustaría hacerlo», «necesito hacerlo», «podría o querría hacerlo».
El camino de pensado a hecho se llama limbo, e incluso se puede hablar de Babia (más allá del limbo).
Hay quien cree que está haciendo las cosas, que está consiguiendo o desarrollando las cosas, y está en el limbo, o directamente en Babia, así como gente que cree que está creando alcanzando y siendo, pero está todavía más allá de Babia.
Por ejemplo:
– Quiero ser autodisciplinado.
– Pero, ¿qué es ser autodisciplinado?
– Conseguir las cosas y hacerlas en el momento.
– ¿Y cómo consigues las cosas y las haces en el momento?
… Y ahí nos bloqueamos.
No estamos diseñados para crear y profundizar sobre los temas. Pasamos de largo. De forma esporádica o superficial. No profundizamos. ¿Cómo vas a ser más autodisciplinado o lo que demonios sea que quieras ser?
Lo que nos separa del éxito.
Lo que separa a quien tiene éxito (entiendas lo que entiendas por éxito) de quien no lo tiene son dos cosas: acción y actitud.
Pero la acción ni siquiera es hacer, sino desgranar. Es aquello que intentas hacer para poder hacerlo siguiendo los pasos previamente diseccionados.
Acción = ir y hacer las cosas, pero el problema es que no sabemos cómo hacer las cosas, y es algo que debemos hacer (o descubrir) nosotros mismos, sin esperar a que alguien nos diga como hacer las cosas.
No nos podemos limitar a seguir instrucciones. Eso no es tomar acción y no nos permite progresar, dado que cuando los puntos cambien de lugar ya no sabremos conectarlos porque nos habremos limitado a seguir instrucciones. Acostumbramos a hacer cosas porque nos dicen que hay que hacerlas.
Seguimos cosas que nos dice un manual, una instrucción, un programa, Tony Robbins o Isra García, pero debemos convertirnos en nuestra propia herramienta. Nuestro recurso definitivo. Ser nuestra solución.
¿No haces lo que quieres hacer por falta de tiempo? FALSO. Aunque tuvieses tiempo no lo harías. No lo haces porque no sabes cómo hacerlo.
Debes buscar algo que no haya creado nadie y para ello hay que ir más allá de donde haya ido nadie. Hay que desgranar el proceso.
Quieres hacer algo que no ha hecho nadie, crear lo que no ha creado nadie, descubrir lo que no ha descubierto nadie, llegar a un sitio donde no ha llegado nadie… Para ello tienes que desgranar el proceso de ese pensamiento, intención, intuición, acción, sensación o aquello que está en fase de pensar, y materializarlo o trasladarlo a la fase de accionar.

– ¿Que vas a hacer para hacer esto?
– Voy a ser autoconsciente.
– ¿Cómo vas a ser autoconsciente?
– Voy a fijarme en las cosas.
– ¿Qué es fijarte en las cosas?
– Atender a las cosas que pasan por mi vida.
– ¿Que cosas pasan por tu vida? ¿Cuánto lo vas a hacer? ¿Cómo lo vas a hacer? ¿Qué que proceso vas a seguir?… Sólo eso te hará avanzar.
Debemos dejar de hablar en términos generalistas, de ser superficiales, de no tocar las cosas (las rozamos sin más). Necesitamos ser específicos, dar ejemplos, hacer ver a otro algo para que lo entienda y lo pueda practicar, diseccionarlo y ayudarle a verlo tan claro como nosotros los vemos, y a accionarlo.
Esto que veo aquí, ¿cómo puedo hacerlo de forma que yo sepa cómo hacerlo para poder hacerlo cada día? Interiorizado esto la vida es cuesta abajo.
Sé tu cómo.
Cómo somos, cómo hacerlo… debemos ser “cómo” andantes.
Convertirnos en un cómo …. Cómo hacerlo, cómo me preparo, cómo soy, cómo lo hago, cómo lo hago después de hacerlo, cómo lo entiendo… De este modo nunca necesitaremos a nadie.
Tú tienes todo lo que necesitas saber si te conviertes en tu propia herramienta. En tu cómo de todo. No hacen falta más blogs, libros o podcasts.
Hazte la pregunta dura: ¿cómo me convierto en mi como?
¿Cómo soy autodisciplinado cada día durante 30 días sabiendo que acción voy a tomar cada día (y si puede ser que sean 30 acciones diferentes porque así tener diferentes formas de ver como ser autodisciplinado)?
Simplificando: el cómo no es más que preguntarte como bajar todo lo que está en el limbo (el 99% de lo que hacemos está en el limbo).
Dos preguntas.
1. ¿Cómo puedo llevar esto a un aspecto más práctico, tan práctico que lo pueda entender cualquiera persona que no sea yo que lo estoy haciendo?
Aterrizar ideas, retos y desgranarlos hasta que sean accionables.
2. ¿Cómo puedo aterrizar este pensamiento que no sé como aterrizar?
Siendo exacto, específico y profundizando en todo lo que hagamos.
Si te conviertes en tu herramienta lo que aparece en el camino se convierte en el camino.
Platéate preguntas incómodas. Lo importante es la pregunta ineteresante , inquietante e incómoda.
Imagen: Adobe Stock.
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