Como te expliqué aquí, dar por sentado que necesitas en exceso el cariño de los demás va a frustrar sus propios fines, mientras que tener algún deseo de ello te va a ayudar.
Partiendo de lo anterior, ¿cómo te las vas a apañar para encontrar el equilibrio al respecto?
Pues admitiendo que tienes ciertas necesidades extremas de cariño; observando de cerca estas necesidades; y enfrentándote a ellas constantemente, discutiéndolas y debatiéndolas.
Si tienes una necesidad extrema de cariño y aceptación por parte de los demás, la cuestionas, la pones en duda y la discutes, paulatinamente empezará a decrecer. No hay que perder de vista que es tu necesidad y que tú la mantienes viva.

Otros métodos.
Para combatir y minimizar tu desmedida necesidad de amor aceptación, puedes utilizar lo siguiente:
1.Pregúntate lo que quieres hacer realmente, más que lo que a los demás les gustaría que hicieses.
«¿Estoy haciendo esto o dejando de hacerlo porque lo quiero yo? ¿O, una vez más, estoy intentando complacer a otros sin darme cuenta?».
2.Cuando te empeñes en hacer lo que realmente quieres hacer, asume riesgos. Comprométete y no desesperes si te equivocas.
No actúes de forma temeraria innecesariamente, pero convéncete de que si no logras algo que quieres y la gente se ríe de ti o te critican sin indicarte el por qué de tu fracaso, el problema quizás lo tengan ellos.
Mientras tú aprendas de tus errores, ¿que importa lo que piensen los demás?
3. Céntrate en amar, más que en granjearte el amor.
Vivir intensamente consiste menos en recibir pasivamente, y más en hacer, actuar y alcanzar.
Si te comprometes a amar a otras personas diariamente, probablemente disminuyan tus necesidades extremas de cariño.
4. No confundas obtener amor con la valoración de ti mismo.
Si te consideras alguien intrínsecamente valioso, debes valorarte en virtud de tu mera existencia, y no por haber hecho algo para “ganártelo”.
Sean muchos o pocos los que te den su aprobación, o cuánto te valoren sea en su propio beneficio (el de ellos), sólo podrán estar dando un valor extrínseco o valioso para ellos.
Si te dan amor, no te dan un valor intrínseco (ese que tú ya tienes para ti mismo). De existir el valor intrínseco, lo lograrás simplemente por elección. Decidiendo tenerlo. Existe, sencillamente, por definición propia.
Decide ser válido.
Eres «bueno» o «valioso» porque piensas que lo eres, y no porque alguien te vaya a dar a esa especie de «valor inherente».
No necesitas evaluarte a ti mismo, a tu esencia. Puedes elegir calificarte como “valioso”, simplemente por tu propia decisión, empezando a perder así esa desesperada necesidad de aprobación ajena.
No necesitas la aprobación de los demás por los beneficios prácticos que te puede reportar, sino porque defines estúpidamente tu valor como persona en términos de recibir esa aceptación o no recibirla. Cuando esta saboteadora definición cese, esa necesidad extrema de aprobación disminuirá.
Asimismo, si reduces tu necesidad extrema de estima ajena, te resultará relativamente fácil dejar de evaluarte como persona, aun cuando sigas evaluando muchas de tus características. Generarás una aceptación incondicional de ti mismo, valorándote simple y llanamente por estar vivo y coleando, y porque sólo por ese motivo «mereces» tener una vida agradable.
Fuente del post: Una nueva guía para una vida racional Albert Ellis.
Imagen: Peggy_Marco.
Artículos relacionados:
· Quieres, No Necesitas.
· Lo Que No Debes Hacer Si Buscas La Felicidad.
· Vocabulario Que Transforma.
· Ya Eres Válido. No Te Falta Nada.
· Quieres, No Necesitas.