Nuestra cabeza no para de trabajar. Pensamientos, sensaciones, recuerdos, murmullo interno…. Seamos conscientes o no, es así.
Es deseable que seamos conscientes de nuestros pensamientos y sensaciones de ansiedad o preocupación.
Normalmente cuando algo de eso parece se dan tres situaciones:
1. Están ahí (los pensamientos y sensaciones) pero no los registramos del todo.
2. Estamos tan sumergidos en ellos que no podemos pensar en otra cosa.
3. Nos obsesionamos con alejarlos y deshacernos de ellos.
Las tres hacen que nos sintamos mal.
El caso es sólo mirar. Observar objetivamente cada pensamiento y sensación sin involucrarnos demasiado, sin juzgar y sin criticar. Sólo acompañando y reconociendo la sensación o pensamiento para volver a lo que estábamos hacíamos (o a nuestra respiración).
De este modo crearemos mayor sensación de espacio en nuestra mente, y bajará la intensidad de la emoción y la forma en la que te relacionas con la ansiedad o preocupación.
No te resistas ni pienses todo el tiempo en la preocupación.
Reconoce las distracciones, toma nota de ellas y sigue con tu vida.
Reconoce tus pensamientos y tus emociones por lo que son.

Imagen: geralt.
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