Eres válido ya. Convéncete. No necesitas nada. No te falta nada.
La valía personal no tiene requisitos previos.
Existe la asunción generalizada, de forma consciente o inconsciente, de que necesitamos una larga lista de prerrequisitos imprescindibles para ser válidos. Son los “si” y los “cuando”:
· Valdré cuando pierda 10 kilos.
· Valdré si consigo quedarme embarazada.
· Valdré si puede mantenerme sobrio.
· Valdré si todo el mundo piensa que soy buena madre.
· Valdré cuando consiga ganarme la vida vendiendo obras de arte.
·Valdré si puedo mantener mi matrimonio unido.
·Valdré cuando tenga pareja.
·Valdré cuando mis padres lo aprueben por fin.
·Valdré si me devuelve la llamada y me pide que salgamos.
· Valdré cuando pueda hacerlo todo y parezca que ni siquiera lo estoy intentando.
· Valdré cuando acabe la carrera de derecho.
· Valdré cuando acabe el máster y el postgrado.
· Valdre cuando facture más de 100.000 euros al año.
· Valdre cuando sea reconocido públicamente como el mejor abogado.
· Valdré si logro tener una gran casa.
· Valdré si tengo una mujer que esté bien buena.
· Valdré cuando publique un libro.
· Valdré si llego a ser famoso.
· Valdré cuando tenga 100.000 followers.
· Valdré cuando esté cachas.
· Valdré cuando tenga tal puesto en la empresa y un sueldo de 10.000 euros al mes.
TODOS valemos ya, ahora. No “si”, ni “cuando”. Ahora mismo merecemos que nos amen y sentir que pertenecemos. En este minuto. Tal cual somos.

Brené Brown, en su libro «Los Dones De La Imperfección« , deja claro que tras sus miles de entrevistas con todo tipo de personas, sólo hay una cosa que diferencia a los hombres y mujeres dotados de un profundo sentido de amor y pertenencia, en relación a las personas que tienen que esforzarse por conseguirlo, siendo eso que los diferencia la confianza en su merecimiento innato. En lo que valen como personas.
Si queremos experimentar plenamente el amor y la pertenencia, debemos creer que somos merecedores de ambos.
Cuando somos capaces de dejar a un lado la opinión del resto de la gente y admitimos nuestra historia, accedemos a la sensación de merecimiento innato y así tomamos conciencia de que somos válidos tal y como somos, y de que merecemos que nos amen y sentir que pertenecemos.
Por el contrario, cuando vivimos intentando distanciarnos de aquellas partes de nuestra vida que no encajan con lo que creemos que debemos ser, lo único que conseguimos es apartarnos de nuestra historia y afanarnos por sentir que valemos a base de estar todo el tiempo haciendo, perfeccionando y demostrando.
Tenemos que entender y convencernos de que esa sensación de merecimiento – esa pieza de importancia capital que nos da acceso al amor y a la pertenencia – vive en nuestra historia.
Atrévete a hacer una lista de tus “si” y tus “cuando”. Tomar consciencia de ello será el primer paso para ignorarlos.
Imagen: RobinHiggins.
Artículos relacionados:
· La Importancia De Nuestros Valores.
· Los 3 Frenos A Un Enfoque Positivo.
· ¿Qué Emociones Necesitamos Para Una Vida Mejor?
· En Serio. Los Demás No Valen Tanto. Hazme Caso.
· Qué Hacer Cuando Nos Sentimos Abrumados o Superados.