Inteligente: Capacidad de entender o comprender. Es decir, percibir y tener una idea clara de lo que se dice, se hace o sucede o descubrir el sentido profundo de algo. Percibir con claridad signos acústicos o gráficos o ser capaz de reconocer el sentido de algo. Considerar explicable, justo o razonable un hecho, un sentimiento, etc., o tener buena voluntad hacia algo o alguien. Capacidad de resolver problemas. Conocimiento, comprensión, acto de entender. Habilidad, destreza y experiencia.
Listo: Diligente, pronto, expedito. Apercibido, preparado, dispuesto para hacer algo. Sagaz (astuto y prudente, que prevé y previene las cosas), avisado. Hábil para sacar beneficio o ventaja de cualquier situación.
Culto: Dotado de las calidades que provienen de la cultura o instrucción.
Lúcido: Claro en el razonamiento, en las expresiones, en el estilo, etc…
A menudo se oye hablar de que alguien es inteligente, listo, culto, lúcido, o semejantes adjetivos. ¿Prefieres ser inteligente o listo? ¿Se puede ser inteligente, listo e inculto? ¿Es posible ser culto sin ser inteligente o listo?
Hace poco tuve una muy interesante conversación con un virtuoso joven de 23 años de mi gimnasio. Me comentó que había visto muchos vídeos de Anthony Robbins, y que en los últimos tiempos se dedicaba a mirar mucho hacia dentro. Que estaba haciendo el ejercicio de descubrir las cosas que realmente le gustaban en la vida. Me pareció un ejercicio fascinante.
Si todos lo hiciésemos y una vez lo tuviésemos claro dirigiésemos nuestras acciones en esa dirección, aumentarían exponencialmente las posibilidades de ser felices. Que pena que nadie piense en enseñar eso en la educación convencional de los jóvenes. En ocasiones hay quien logra licenciarse en medicina o derecho (ese fue el objetivo perseguido durante años) y al llegar a la meta se sienten tan o más vacíos que al inicio, porque realmente perciben que eso no es lo que les llena. Primero debieron hacer ese ejercicio de buscar realmente qué les gustaba.
Ojalá y yo con 23 años hubiese tenido la lucidez de este chico. Lo malo es que tiene un entorno familiar que lleva toda una vida en el funcionariado, y le invitan a dejarse de tonterías y hacer unas oposiciones que le garanticen un futuro seguro. Confío en que no acabe cediendo a eso, plegándose a un eterno aburrimiento garantizado. Además supondría desperdiciar una inmensa fuente de talento. Seguridad es seguridad, no felicidad. Más bien lo contrario.
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