Como ya dije aquí, el modo en que nos sentimos no es el resultado de lo que ocurre en nuestras vidas, sino de como interpretamos eso que ocurre.
La calidad de vida de la gente de éxito no viene determinada por lo que les pasa, sino por lo que hacen con lo que les pasa. Es nuestra interpretación de lo que está ocurriendo, nuestra comunicación interna, lo que verdaderamente afecta a nuestras vidas, resultando por ello vital que tomemos el contro de las mismas centrándonos en lo que podemos hacer. Siempre hay algo que podemos hacer, ya sea en el mundo externo o interno, de forma que convirtamos los desafíos, contratiempos y adversidades de la vida en oportunidades.
Tú decides cómo sentirte y actuar según el modo como percibas la vida. Nada tiene otro significado que el que nosotros le demos, pero la mayoría hemos permitido que el proceso de interpretetación sea automático. Si consciente e intencionadamente no tomamos las riendas de nuestras interpretaciones, las fuerzas externas determinarán nuestra visión de la vida y del mundo. No debemos dejar que ello pase.
Hagamos lo que hagamos o dejemos de hacer no dejamos de obtener resultados, que pueden ser o no los que deseamos. Los “estados mentales de nuestro cerebro” no están fuera de nuestro control. No son resultado de lo que ocurre en el mundo exterior. Podemos controlar los estados de nuestra mente, y cambiar nuestras acciones mentales y físicas para eliminar las emociones que no nos sirven y potenciar las que sí. Podemos condicionarnos a nosotros mismos para llegar a estar entusiasmados o compasivos, adoptando el punto de vista que nos lleve a la emoción en cuestión.
Si quieres entrar en un estado de éxtasis, por ejemplo, puedes visionar en tu mente las cosas que crean ese sentimiento, cambiar el tono y el contenido de tu diálogo interno contigo mismo, y adoptar las posturas y patrones específicos que crean ese estado en tu cuerpo. Lo mismo si quieres ser compasivo. Sólo debes cambiar tus acciones físicas y mentales para alcanzar el estado de compasión que quieras, cuando tú quieras.
Joseph McClendon III, en Desata tu poder ilimitado, habla de la ayuda que puede suponer pensar en el proceso de producir estados emocionales imaginando tu comunicación interna como si estuvieras haciendo una película, tal y como hacen los directores de cine para conseguir los resultados precisos que quieren ver en la pantalla. Ellos manipulan lo que ven y oyen. Si quieren que te sientas asustado elevan el sonido y producen efectos especiales justo en el momento adecuado. Si quieren que te sientas inspirado modifican la música, la luz, o cualquier cosa que produzca ese efecto en la pantalla. Pueden conseguir que el mismo hecho parezca una tragedia o una comedia, dependiendo de lo que decidan poner o quitar de la pantalla.
Tú puedes hacer lo mismo con la pantalla de cine que tienes en tu mente. Puedes manipular tu actividad mental, que es el fundamento de toda acción física, elevando luces y sonidos para mandar un mensaje positivo a tu cerebro, y bajándolos para mandar uno negativo.
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Muy buenos articulos, gracias por compartirlos 🙏🙏
Gracias Brenda.