Víctor Martín, en su libro Desata tu éxito, nos habla de dos opciones:
“1) Seguir tomando tu dosis cada día y vivir una vida sin propósito. Quizá el éxito llegue a ti de rebote.
2) Tomar las riendas de tu vida y luchar por vivir una vida con propósito, con significado para ti y perseguir el éxito que te pertenece.
La principal diferencia entre las personas que no consiguen el éxito y las que sí es que las segundas lo persiguen de forma intencionada.”
Si lees aquí, encaja perfectamente con la razón de ser de Tu Mandas. “Cada uno de nosotros es el resultado o la consecuencia de todo lo que ha hecho en el pasado, y de que en el futuro seremos la consecuencia de lo que estamos haciendo ahora.
Convencerse de ello ya es una forma de coger las riendas y asumir la responsabilidad, huyendo de la queja, el victimismo y la comodidad, para pasar a la acción.”
“Cada decisión que tomamos en la dirección que queremos implica unas renuncias. Pagar un peaje. Una cuota de infelicidad. No hay decisiones que nos satisfagan al cien por cien, igual que no se puede dejar a todo el mundo contento. La otra opción es no hacer nada. El inmovilismo.”
El problema es que “(…) la mayoría de nosotros dejamos que se quede todo ahí. En meros sueños o deseos, y llamamos suerte o mala suerte a lo que nos separa de ellos. No nos activamos. No tomamos decisiones. No hacemos cosas que nos acerquen a lo que realmente queremos. No pasamos a la acción.
Y es que decidir implica incomodidad. Es más cómodo no hacer nada. Pero la comodidad es comodidad, no felicidad.”
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