Una de las frases inspiradoras de este blog, y que incluso aparece de fondo en la Home, es la de Henry Ford, “Tanto si piensas que puedes como que no puedes, tienes razón”.
Y es que todas nuestras creencias, sin duda, se convierten en pequeñas profecías que, para bien o para mal, determinarán si seremos o no capaces de lograr algo.
Hace unos años (no tantos) lo pasaba fatal antes de un juicio. La falta de confianza en mi mismo y mi baja autoestima, me llevaban a trasladarme a la sala imaginariamente, donde proyectaba mis miedos pensando en lo peor. Si me quedaría en blanco en algún momento, si se me trabaría la lengua, si olvidaría decir tal o cual cosa….
En la mayoría de ocasiones estos malos presagios se cumplían, y durante la vista aquella cara de circunstancias de mi cliente que yo llevaba varios días viendo en la película de lo que iba a ser el juicio mientras yo hablaba, era una realidad en el mismo momento de la vista. Me trastabillaba, me paraba a medio discurso ante la impaciencia del Juez, repetía cosas que ya había dicho, … acabando todo en algo bastante desastroso.
Una vez me topé con el libro del abogado Jordi Estalella (EL ABOGADO EFICAZ. COMO CONVENCER, PERSUADIR E INFLUIR EN LOS JUICIOS), que además me llevó a conocer la PNL, esa situación se giró como un calcetín. A través de ese manual y algún otro, empecé a implementar un método infalible consistente en hacer todo lo contrario a lo que venía haciendo en los días previos al juicio hasta entonces. Empecé a imaginar el escenario más favorable y optimista, observándome a mi mismo hablar con soltura, trasladando oralmente todos mis conocimientos sobre el asunto a los allí presentes, con un discurso ordenado y convincente. Podía observar la cara satisfecha de mi cliente con su abogado, asintiendo incluso con la cabeza a algunas de las frases que yo expresaba con rotundidad, e incluso podía ver cierto gesto de admiración en Su Señoría.
Desde ese momento hasta ahora he mejorado mucho más, dado que las cosas no se logran de un día para otro, pero el primer día tras poner en práctica esa estrategia, el cliente me felicitó mostrándose impactado por mi clarividencia, convicción y seguridad. Fue tan diferente a como habían finalizado mis juicios hasta entonces… Por fin pude plasmar mis conocimientos (que ya estaban) en Sala ante el Juez y mi cliente con soltura y convicción.
En la actualidad, tengo días mejores y peores. Las dudas sobre nosotros mismos siempre aparecen y no siempre uno se encuentra con la misma soltura, pero puedo afirmar que hay una cierta habitualidad en la felicitación de los clientes al salir de la sala.
Ese día me convencí totalmente de que, más que valer o no valer para algo o de si hay que nacer para hacer bien esto o aquello, cuando imaginas el mejor escenario, todo confluye para que ello acabe siendo así. Cuando imaginas el peor, lo mismo.
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Acertado comentario, Oscar. Efectivamente como apuntas, la superación de nuestros miedos irracionales (hablar en público, aprobación de los demás, etc…) dependen de una adecuada filosofía interior y un cambio adecuado de hábitos. Como enseña el Dr. Albert Ellis, creador de la TREC (Terapia Racional Emotivo Conductual): «el hombre puede controlar en gran medida su propio destino emocional, a despecho de las muchas influencias del entorno que le pueden afectar».
Felicidades por tu nuevo proyecto!!! Seguimos aprendiendo de tus comunicaciones.
Un saludo.
Gracias Santi por tus palabras y por tan interesante aportación.
Un Saludo.
Me ha pasado el escenario negativo, así que doy fé de que es posible, la imaginación es una herramienta muy poderosa, para bien, o para mal.
Controlar emociones y a lo que podríamos llamar «predicciones», es lo que siempre hay que aprender a prestar atención en esta vida. Es mejor predecir (imaginar) en positivo, pero anticipar el negativo, y muy importante, a esas posibilidades negativas, hay que darles una pre-resolución positiva, siempre. Así, cuando llegue el reto o el acontecimiento, será más fácil confiar en que se és capaz de controlar emociones y buscar alternativas positivas, transformar «no acuerdos», «en acuerdos», ver en «problemas», las «soluciones», en «limitaciones», «oportunidades».
No es ver el mundo de rosa, es simplemente aceptar aquello que no podemos controlar y trabajar lo mejor posible en aquello que sí podemos controlar, sin dejar de valorarnos a nostras mismas ni a las personas implicadas.
Pensar que una puede hacerlo bien (sin exigirse la perfección), y permitirse aprender de los errores, porque van a estar, allanará el camino.
Gran espacio de reflexión y autoconocimiento, enhorabuena y ánimo para que sigáis aportando contenido con energía e ilusión.
Muchas Gracias Pablo!!!
Gracias por tu interesante comentario.