Si queremos cambiar algo en nuestras vidas deberá ser, invariablemente, o cómo sentimos, o nuestros comportamientos.
Podemos aprender a cambiar nuestras emociones o sentimientos dentro de un contexto. Por ejemplo, si nos sentimos temerosos o rechazados como actores, podemos condicionarnos para no volver a sentirnos temerosos.
Pero también podemos llevar a cabo un cambio global. En vez de condicionarnos para sentir de un modo diferente en cuanto al rechazo y la eliminación de comportamientos temerosos, podemos adoptar la creencia global que diga: «Yo soy la fuente de todas mis emociones. Nada ni nadie puede cambiar cómo me siento, excepto yo mismo. Si me encuentro reaccionando ante cualquier cosa, puedo cambiar en un instante».

Adoptada realmente esta creencia, no sólo intelectual sino, sobre todo, emocionalmente, y sintiéndola con absoluta certidumbre, podemos eliminar no sólo el temor al rechazo sino también nuestros sentimientos de enfado, frustración o inadecuación. De repente, podemos convertirnos en los maestros de nuestro propio destino.
También podríamos efectuar un cambio en nuestros valores haciendo que uno de los más elevados para nosotros fuese el de contribuir o ayudar, con la consecuencia de que si alguien nos rechazase no nos importaría porque continuaríamos con la voluntad de contribuir o dar, y gracias a esa contribución constante comprobaríamos como los demás ya no nos rechazan.
Podemos cambiar nuestros sentimientos condicionados con respecto al tabaco, induciéndonos a considerar la salud y la vitalidad como aspectos prioritarios en nuestra lista de valores. Una vez que eso se convierta en la máxima prioridad de nuestra vida el hábito de fumar desaparecerá y, lo que es más importante, podremos sustituirlo por otros comportamientos que nos ayuden a conservar nuestro nuevo valor de salud y vitalidad, como puedan ser comer de modo diferente, respirar de forma distinta, etc…
Los dos tipos de cambios son valiosos, pero ¿cómo crear estos cambios globales?
Como ya te expliqué en este post, los cinco elementos que determinan como vemos la vida son:
1) El estado mental y emocional en el que nos encontramos al efectuar una valoración o análisis.
2) Las preguntas que nos hacemos.
3) Nuestra jerarquía de valores.
4) Nuestras creencias.
5) Nuestra mezcla de experiencias de referencia.
Un solo desplazamiento en uno de estos cinco elementos afectará poderosa y simultáneamente a nuestra forma de pensar, sentir y comportarnos en múltiples ámbitos de la vida.
Cambiando un sólo elemento de ese sistema maestro, habrá ciertas valoraciones que no volveremos a realizar, ciertas cuestiones que ya no nos plantearemos, y ciertas creencias que nuestro cerebro se negará a aceptar. Este proceso de crear un cambio global puede constituir una fuerza poderosa para configurar nuestro futuro o eso llamado destino.
«Elimine la causa, y el efecto cesa.»
Cervantes.
Fuente del Post: Controle su destino. Anthony Robbins.
Imagen: geralt.
Artículos relacionados:
· ¿Cómo Romper Dinámicas Negativas?
· ¿Qué Emociones Necesitamos Para Una Vida Mejor?
· Lo Que No Debes Hacer Si Buscas La Felicidad.
· Sobre Adicciones Positivas.
· Los 3 Frenos A Un Enfoque Positivo.