Cuando entramos en una mala dinámica mental y/o emocional, no debemos castigarnos ni recrearnos en ella, sino limitarnos a romper esa pauta negativa sustituyéndola por las nuevas semillas realmente sanas que nos puedan conducir al éxito mental, emocional, físico, financiero, espiritual y profesional.
Para Anthony Robbins, la mejor fórmula para hacerlo es a través de los pasos de lo que él denomina NAC (neurocondicionamiento asociativo), y que consisten en:
1. Decidir que deseamos una sensación de pasión, alegría y control sobre nuestra vida.
2. Apalancamiento sobre uno mismo.
Es decir, que nuestro deseo por evitar el dolor y llegar a obtener un total placer nos impulse a efectuar los cambios necesarios para conducir nuestra vida hasta un nuevo nivel de forma inmediata, siendo la forma de logralo…
3. Interrumpir la pauta limitadora.
La mejor forma de interrupción es someterse a una «dieta mental» consistente en tomar, durante un determinado período de tiempo, un control consciente de todos nuestros pensamientos con el fin de eliminar las pautas negativas y destructivas de pensamiento y sentimiento que surgen inevitablemente a lo largo de la vida, de una forma emocionalmente reaccionaria y mentalmente indisciplinada.
Nuestros cerebros se enzarzan con frecuencia en pensamientos no productivos, temerosos, preocupados o destructivos, y estamos dispuestos a tolerar continuamente unas pautas mentales y emocionales que crean una tensión innecesaria en nuestras vidas, porque pensamos que eso nos va a ayudar.
Muchas personas viven en un estado de preocupación permanente, y se recrean en el peor de los escenarios posibles, bajo el convencimiento de que eso las inducirá a hacer algo útil. Equivocadamente creen que eso las ayudará.
Pero la preocupación suele situar a una persona en un estado emocional en el que se acostumbra a quedar sin recursos. Un estado así no nos capacita para emprender la acción, sino que más bien tiende a hacernos sentir abrumados por la frustración o el temor.
El desafío que plantea Robbins es, durante diez días, comprometerse a tomar el total control de nuestras facultades mentales y emocionales, decidiendo no tolerar ni entretenernos con ningún pensamiento o emoción limitadora.
Podemos cambiar de inmediato nuestro estado de preocupación, enfocando la atención sobre una solución mediante herramientas que sirven para cambiar nuestro estado de ánimo, de las siguientes formas:
· haciéndonos preguntas mejores como «¿Qué necesito hacer ahora mismo para mejorar esto?» o una pregunta más capacitadora, como «¿Qué puedo aprender de esto?», o bien «¿Qué hay de estupendo en esta situación, y qué no es perfecto todavía?»
Estas preguntas nos situarán en un estado en el que dispondremos de mayores recursos y en el que encontraremos soluciones, en lugar de permanecer en el estado de ánimo negativo y recorrer el habitual círculo vicioso de una mayor cólera y frustración.
Debemos preguntarnos ¿De qué otras muchas formas podría cambiar mi estado emocional si me sintiera realmente comprometido a hacerlo?
· cambiando el vocabulario que utilizamos para describir las sensaciones que estamos experimentando, y pasar de «sentirme preocupado» a sentirme «un poco inquieto».
· en un estado emocional limitador, cambiar de inmediato nuestra fisiología, o
· enfocando la atención sobre un estado en que dispongamos de recursos, al margen de los deseos que experimentemos en ese preciso momento.
El desafío de los diez días supone, en esencia, el compromiso de situarnos y mantenernos en un estado apasionadamente positivo al margen de lo que suceda a nuestro alrededor, pudiendo ello ser utilizado para implementar las disciplinas recién citadas.
El objetivo no es ignorar los problemas de la vida, sino situarnos en mejores estados mentales y emocionales desde los que podamos aportar soluciones, al mismo tiempo que actuamos sobre los problemas. Aquellas personas que enfocan la atención sobre lo que no pueden controlar, se limitan continuamente.
«No podemos controlar la lluvia, ni el viento, ni los otros caprichos de la naturaleza, pero podemos desplegar las velas de un modo que nos permita configurar la dirección que tomen nuestras vidas»(Anthony Robbins).
Hay gente convencida de que permanecer en un estado de ánimo positivo les hará daño, incluso por el hecho de que habiendo sido en el pasado positivos sus expectativas no se vieron cumplidas. Se sintieron defraudados, e incluso crearon una especie de superstición sobre lo negativo de enfocar positivo.
Pero cambiar el enfoque y tomar más el control de nuestra propia vida evitando el estado de ánimo problemático, y enfocando inmediatamente la atención sobre las soluciones, nos llevará a un estado lleno de recursos desde el que será mucho más fácil cumplir con nuestras expectativas de encontrar respuestas internas con rapidez.
Photo Credit: Anna Pallarès.
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