Un modo de ponerte a ti mismo en un estado que te permita conseguir tu objetivo consiste en actuar «como si» ya lo hubieras logrado.
Actuar como si te sintieras más lleno de energía, más poderoso, más feliz de lo que has sido nunca. Actuar como si estuvieras totalmente lleno de vitalidad, como si estuvieras completamente seguro de que vas a lograr el éxito.
Pero actuar de ese modo (como si) es aún más eficaz cuando pones tu fisiología en el estado en que te encontrarías si ya fueras realmente eficaz.
Joseph McClendon III, en el libro Desata tu poder ilimitado, habla de que cuando la gente viene y le dice que no pueden hacer algo determinado. Él les pregunta: «¿qué ocurriría si te comportaras como si realmente pudieras hacerlo?» a lo que normalmente la respuesta es «no sé cómo», y él les dice «Entonces, actúa como si supieras cómo.» Ponte en la postura que estarías si supieras hacerlo. Respira como respirarías si supieras hacerlo y hazlo ahora. Pon en tu cara la expresión que tendrías si supieras hacerlo y hazlo ya. Tan pronto como se sitúan de esa manera, respiran de esa manera y ponen su fisiología en ese estado, automáticamente sienten que pueden hacerlo. Siempre funciona y es debido a la asombrosa palanca que nos permite ser capaces de adaptar y cambiar nuestra fisiología. Una y otra vez, simplemente cambiando tu fisiología, puedes hacer cosas que de otra manera nunca harías, porque lo segundo que haces después de cambiar tu fisiología es cambiar tu estado.
La palabra fisiología, en este sentido, significa cualquier cosa que pertenezca a tu cuerpo. El movimiento, la postura, las expresiones faciales, etc… Es la herramienta mas poderosa que tenemos para producir cambios en nuestros estados de modo instantáneo, es decir, para producir resultados dinámicos al momento. Un viejo refrán dice «Si quieres ser fuerte, hazte el fuerte».
Y es que si adoptas una fisiología poderosa, dinámica y vital, automáticamente adoptas el mismo tipo de estado mental. La mayor palanca de cambio emocional de la que disponemos en cualquier situación es la fisiología, dado que funciona muy rápido y nunca da lugar a error.
La fisiología y las representaciones internas están del todo unidas. Si cambia una, automáticamente cambia la otra. Si cambias tu fisiología, es decir, tu postura, tu respiración, la tensión de tus músculos, el sonido de tu voz, de modo instantáneo cambian tus representaciones internas y tu estado. Cualquier movimiento físico provoca un efecto en tu estado mental.
Si estamos abatidos físicamente, nuestra visión del mundo es generalmente bastante pesimista. Cuando nos sentimos cansados o nuestros músculos están débiles, o nos duele algo, percibimos la vida de modo diferente a como lo hacemos cuando estamos descansados, vitales y llenos de vida.
La manipulación fisiológica es una herramienta poderosa para controlar nuestro propio cerebro
En consecuencia, la manipulación fisiológica es una herramienta poderosa para controlar nuestro propio cerebro. Es de vital importancia que nos demos cuenta de hasta que punto puede afectarnos, y de que no es una variable extraña sino una parte absolutamente crucial de la espiral cibernética que siempre está en acción. Esta parte de la motivación humana se pasa muchas veces por alto. Pero a pesar de que puedas pensar y hablar todo el día, sin movimiento físico no vas a poder hacer ni eso ni nada.
Cuando tu fisiología decae, la energía positiva de tu estado también decae. Cuando tu fisiología se crece y se intensifica, tu estado hace lo mismo. De hecho, no puedes experimentar una emoción sin su correspondiente cambio fisiológico. No hay emoción sin movimiento, ni tú puedes cambiar tu fisiología sin el correspondiente cambio en tu estado.
Hay dos maneras de cambiar el estado: cambiando las representaciones internas o cambiando la fisiología. Si quieres cambiar tu estado en un instante, el primer sitio a donde debes ir es a tu fisiología. Un cambio repentino y radical en tu respiración, tu postura, tus expresiones faciales y, por tanto, cualquier cambio físico, producirá un cambio en tu estado. A veces conduciendo de noche (o de día), nos empezamos a sentir somnolientos, y lo primero que solemos hacer es agitar la cabeza vigorosamente de lado a lado, ajustar la posición en el asiento de forma erguida, y quizás hasta parar el coche para desperezarnos, correr un poco o simplemente caminar alrededor del mismo para estirar las piernas.
Si empiezas a notarte cansado, hay ciertas cosas con las que tu fisiología te comunica tu estado de cansancio. Los hombros hundidos, la relajación de los músculos principales, etc… Pero puedes llegar a sentirte cansado solamente cambiando tus representaciones internas para que éstas le comuniquen a tu sistema nervioso que estás cansado. Del mismo modo, si cambias tu fisiología al modo en que ésta se encuentra cuando te sientes fuerte, cambian tus representaciones internas, que te dirán como debes sentirte en ese momento. Si sigues diciéndote a ti mismo que estás cansado, te estarás formando representaciones internas que harán que sigas cansado de verdad. Si te dices a ti mismo que estás en posesión de tus recursos, atento y dueño de la situación, adoptando de forma consciente esa fisiología, tu cuerpo hará lo mismo. Si cambias tu fisiología cambia tu estado. Todos hemos oído a nuestros profesores decir muchas veces: «Siéntate y presta atención.» Y es que es difícil aprender y prestar atención con una mala fisiología.
Al igual que nuestras creencias tienen efectos en nuestra salud, todo lo que los científicos están averiguando viene a corroborar que tanto la enfermedad como la salud, la vitalidad y la depresión, a menudo son meras decisiones. Son cosas que podemos decidir nosotros mismos a través de nuestra fisiología. No acostumbran a ser decisiones conscientes, pero, de cualquier manera, son decisiones.
De ningún modo la gente prefiere estar deprimida a estar feliz. Pero si observamos el comportamiento de los deprimidos está marcado por una una fisiología muy clara y fácil de identificar. A menudo andan con los ojos bajos (acceden a si mismos de modo cenestésico y/o diciéndose a si mismos todo lo que les hace sentirse deprimidos), llevan los hombros caídos y respiran débil y superficialmente. Es decir, hacen todo lo necesario para que su cuerpo entre en una fisiología deprimida. Anthony Robbins asegura que son ellos los q deciden estar deprimidos. La depresión es un resultado y requiere un «lenguaje» corporal muy específico. Siempre somos nosotros los que tenemos la elección.
Lo mejor de todo esto es que con la misma facilidad podemos crear un estado mental que nos dé energía y nos haga sentir estupendamente. Podemos crear el éxtasis cambiando nuestra fisiología de manera determinada. Después de todo, las emociones son asociaciones complejas. Una configuración compleja de los estados fisiológicos.
Es posible cambiar el estado de cualquier persona deprimida en segundos, simplemente haciéndole moverse, respirar y gesticular de un modo diferente. No es necesario que sepas las imágenes que tiene una persona deprimida en su mente. Simplemente cambiando su fisiología estarás cambiando su estado.
Si pones tu fisiología en un estado vigoroso, es imposible que te encuentres deprimido. Prueba a ponerte en pie, recto y respira profundamente, introduciendo el aire en el diafragma. Echa los hombros hacia atrás, mira hacia arriba e intenta esbozar una tímida sonrisa en tu cara. Mueve tu cuerpo. Observa si puedes sentirte deprimido en esa postura. Es casi imposible. El cerebro recibe de esa forma un mensaje de tu fisiología para que estés vivaz, vital y lleno de energía.
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