by Oscar Cano

6 Pasos Para El Dominio Emocional.

6

Anthony Robbins habla de seis pasos que utiliza cada vez que siente una emoción dolorosa, con el fin de romper de la forma más rápida posible con las pautas limitadoras que le generan y encontrar el beneficio de cada emoción. Es decir, situarse en una posición que le permita aprender la lección de cara al futuro, y eliminar el dolor de una forma más rápida.

Esos 6 pasos son los siguientes:

1. Identificar lo que realmente estamos sintiendo.

Vamos tan sobrecargados y saturados que resulta común que, en ocasiones, ni siquiera sepamos lo que nos pasa. Sólo percibimos el ataque de emociones y sentimientos negativos.

En lugar de sentirnos sobrecargados, saturados o agobiados, sería útil parar y preguntarnos un momento qué es lo que estamos sintiendo realmente.

Puede que la primera respuesta que nos demos sea que estamos enfadados pero, ….: “¿Nos sentimos realmente enfadados o se trata de otra cosa?» Quizás, en realidad, nos sentimos molestos, siendo esa una sensación menos intensa y más manejable que la de enfadado.

Si nos sentimos rechazados podríamos preguntarnos: “¿Me siento realmente rechazado o quizás experimento una sensación de separación de la persona a la que amo? ¿Me siento rechazado, o acaso un poco incómodo?” Nunca olvidar el poder del vocabulario transformacional para disminuir de inmediato su intensidad. Al identificar lo que sentimos realmente, podemos disminuir aún más la intensidad, facilitando ello aprender de la emoción.

El mero hecho de tomarnos un momento para identificar lo que estamos sintiendo realmente, y empezar a cuestionar nuestras emociones, es suficiente para disminuir la intensidad emocional experimentada y, en consecuencia, hace que la situación se pueda afrontar de una forma más fácil y rápida.

2. Reconocer y apreciar las emociones, dado que nos ayudan.

Rechazamos cualquier emoción que sea errónea. La idea de que cualquier cosa que sintamos es “errónea”, constituye una forma de destruir la comunicación sincera con uno mismo, así como con los demás.

Hay que agradecer el hecho de que haya una parte de nuestro cerebro que nos mande una señal de apoyo. Una llamada a la acción para efectuar un cambio, ya sea en la percepción de algún aspecto de nuestra vida o en nuestras acciones.

Si tenemos la confianza y certeza de que cada emoción que sentimos (aún sin comprenderla) está ahí para ayudarnos a efectuar un cambio positivo, se detendrá inmediatamente la guerra que antes librábamos contra nosotros mismos, moviéndonos entonces hacia soluciones sencillas. Convertir o considerar una emoción como algo erróneo raras veces logrará que ésta sea menos intensa.

Aquello a lo que nos resistamos tenderá a persistir. Si cultivamos y potenciamos la sensación de aprecio por todas las emociones (lo mismo que un niño que necesita atención), se calmarán casi de inmediato.

3. Tener curiosidad por el mensaje que nos ofrece cada emoción.

Si nos situamos en un estado mental en el que sintamos verdadera curiosidad por aprender algo, habremos alcanzado una verdadera interrupción de pauta de cualquier emoción, permitiéndonos ello aprender mucho acerca de nosotros mismos. Sentir curiosidad nos ayudará a dominar la emoción, a solucionar el desafío, y a evitar que el mismo problema vuelva a surgir en el futuro.

Al empezar a sentir la emoción, debemos sentir curiosidad por lo que viene a ofrecernos realmente. ¿Qué necesito hacer ahora mismo para mejorar las cosas?

Si por ejemplo nos sentimos solos, podremos experimentar curiosidad y preguntarnos: “¿Es posible que esté interpretando mal la situación y entienda que me siento solo cuando en realidad dispongo de toda clase de amigos? Si supieran que deseo visitarles, ¿no les encantaría a ellos visitarme también a mi? ¿Me está enviando mi sensación de soledad el mensaje de que necesito emprender una acción, salir más y conectar con la gente?”

Cuatro preguntas que pueden ser útiles para sentir curiosidad acerca de nuestras emociones son:

· ¿Qué es lo que deseo sentir realmente? (logrando así dejar de pensar en lo que quiero evitar).

· ¿Qué tendría que creer para sentirme como me he estado sintiendo?

· ¿Qué estoy dispuesto a hacer para crear una solución y manejar esto ahora mismo?

· ¿Qué puedo aprender de esto?

4. Obtener confianza en uno mismo.

Confiar en manejar la emoción inmediatamente es la forma más rápida, sencilla y poderosa de dominar cualquier emoción. Consiste en recordar algún otro momento en el que hayamos experimentado una emoción similar, y darnos cuenta de que si entonces lo logramos, podremos volver a hacerlo hoy.

Si tenemos la certeza de que ya hemos experimentado alguna otra vez esa emoción que no es más que una señal para la acción, dispondremos ya de una estrategia sobre cómo cambiar nuestros estados emocionales.

Serán preguntas útiles: ¿Qué hice en aquélla otra ocasión? ¿Cambió aquello sobre lo que enfocaba la atención, las preguntas que me hacía, mis percepciones? ¿Emprendí alguna clase de acción nueva?

Se trataría de decidir hacer lo mismo ahora, con la confianza de que el resultado será idéntico al de la ocasión anterior.

Por ejemplo, si me siento deprimido, y en una ocasión anterior logré cambiar esa situación, deberé preguntarme: “¿Qué hice aquella vez?” «¿Emprendí alguna clase de acción nueva como salir a correr o hacer algunas llamadas telefónicas?»

Una vez dispongamos de la información sobre lo que hicimos en el pasado, consistirá en hacer lo mismo cada vez que nos encontremos en la misma situación para obtener resultados similares.

5. Tener la seguridad de poder manejar esa situación en el futuro y no sólo hoy.

Una forma de conseguirlo consistirá en recordar las formas en que logramos manejar la situación en el pasado, y ensayar el manejo de situaciones similares cuando esta señal para la acción vuelva a presentarse en el futuro. Nos podemos imaginar viendo, escuchando y sintiendo que controlamos la situación con facilidad repitiendo esos ensayos, y si se hacen con suficiente intensidad emocional crearán un camino neural de certidumbre en el sentido de tener la certeza de que podemos manejar con facilidad esos desafíos.

No está de más anotarnos tres o cuatro formas de poder cambiar nuestra percepción al surgir una señal para la acción, o formas con las que cambiar cómo comunicamos nuestros sentimientos o necesidades, o con las que podríamos cambiar las acciones que emprendimos en esa situación en particular.

6. Pasar a la acción.

Emprender alguna acción inmediata para demostrarnos nuestra capacidad de manejar la emoción con facilidad, evitando quedar bloqueados.

Debemos expresarnos utilizando lo ya ensayado internamente para crear un cambio en nuestra percepción o acciones, con el fin de modificar la forma en que nos sentimos, no sólo hoy, sino cuando debamos afrontar esa emoción en el futuro.

El mejor momento para manejar una emoción es aquel en el que empezamos a sentirla. Es mucho más difícil interrumpir una pauta emocional una vez la misma se ha puesto en marcha. “Es más fácil matar al monstruo cuando todavía es pequeño”.

 

Photo Credit: Fotolia.

 

Artículos relacionados:

· Es El Estado, No La Habilidad.
· Es Normal Estar Roto. Sigue Tu Camino.
· Presumir De Desgraciado.
· Nosotros Mandamos.
· El Poder De Las Metáforas.
· Vocabulario Que Transforma.
· La Incomodidad.
· El Temor.
· ¿Te Sientes Un Fraude? Deja De Preocuparte Por Ello.

 

Sobre el autor

oscar

Soy Oscar Cano, abogado dedicado al Derecho de Familia, y Blogger jurídico con más de 1.500 artículos publicados, y escribiendo un post a diario desde enero de 2014.

Añadir Comentario

Por oscar
by Oscar Cano

oscar

Soy Oscar Cano, abogado dedicado al Derecho de Familia, y Blogger jurídico con más de 1.500 artículos publicados, y escribiendo un post a diario desde enero de 2014.

Social